Entre Letras

En Seda conocemos la vida de Hervé Joncour, un hombre que se ganaba la vida viajando a Japón a comprar gusanos de seda para abastecer la industria textil de su pueblo, ubicado en Italia. Está casado con Hélène, una mujer con voz y semblante agradables. En el primer viaje que hizo conoció al personaje que le suministraba los gusanos de seda, Hara Kei, y con él a una muchacha (era como su dama de compañía o algo así) que no tenía rasgos orientales, y la que sin él ser consciente, lo lleva a pasar por una especia de conflicto existencial y que termina por influir profundamente en su vida. Lo curioso es que estos dos personajes: Hervé Joncour y la mujer no llegan a cruzar palabra.

Terminé de leer ésta novela hace ya varios días y no hice la reseña hasta ahora porque no sabía qué decir sobre ella. Será porque tenía parcial que estuvo de muerte en esta semana y no tenía nada más en la cabeza que el ciclo de krebbs o porque no había dado orden a mis ideas, no sé, pero en ambos casos lo único en que podía pensar respecto al libro es que es único. Es una novela única por todo: tanto el argumento, los personajes, la pluma y el estilo del autor.

Siento que en toda la novela los personajes son muy pasivos; todos, incluido el personaje principal: Hervé Joncour, pero simultáneamente están jugando un papel decisivo a lo largo de la historia. Y esto es porque en la mayoría de los párrafos y capítulos se está describiendo el entorno, los viajes que realizaba Hervé Joncour y todo un montón de cosas adyacentes a los acontecimientos pero a la vez en ellos se imprime un millar de emociones y pensamientos. Prácticamente toda la novela es así: párrafos y versos breves, frases concisas y directas; hay pocas conversaciones y las que hay son muy cortas; y es que no encontré un capítulo que durara más de tres páginas. Está narrada con una forma exquisita, delicada, exótica y hasta un tanto erótica; tanto que parece un poema. Algo que está muy presente en la novela es también la añoranza y la melancolía, y en gran medida; sobre todo al final de la historia. Es un estilo único y esta es una de las cosas que la hacen merecer 5 de 5 estrellas.

En cuanto a los personajes, aún no sé si me gusta Hervé Joncour (espero poder definirme al final de la reseña) porque aunque ama a su mujer, se siente atraído por lo desconocido, por lo exótico y mágico que es como ve a Japón, representado en aquella mujer japonesa que no tiene rasgos orientales. Y se deja seducir por ello.
Hélène, quien aunque en toda la historia está más ausente que presente y juega un papel muy pasivo, a su vez está muy ligada y en el centro de los acontecimientos. Digo que está muy ausente porque más se narra sobre los viajes y vivencias de Hervé Joncour que sobre su vida en el pueblo pero al final ella termina enterándose se todo, seguramente por el comportamiento de su esposo al volver de los viajes o porque es una mujer muy sabia y al amar tanto a su esposo siente lo mismo que él. Tengo que traer a colación que el autor adopta a la mujer como algo muy puro, delicado, sabio y hasta mágico (como la seda) y esto influye mucho cuando digo que Hélène es mi personaje favorito.

Puede que suene como a una novela sobre traición y esas cosas, pero no lo es tanto así. Es más como el transcurrir de la vida de un hombre que no es ni explosiva ni en exceso interesante pero que pasa un momento en el que lo tiene todo y también quiere descubrir lo extraño, pero al final queda sin nada y cuando se queda sin nada se da cuenta de que lo que tenía y a donde pertenecía era lo único que él quería.

En conclusión, Seda es una novela exquisita y altamente recomendada que en sus escasas páginas y estilo sutil y directo esconde muchas emociones y las transmite. Aunque es narrativa parece poesía y ésto la hace memorable. Me parece que ésta reseña es algo confusa y poco concisa y es así como me siento respecto a la novela. No suelo releer libros pero creo que con éste haré la excepción porque pienso que con una segunda lectura descubriré muchas cosas que actualmente ignoro o que pasé por alto.

AUTOR: ALESSANDRO BARICCO